Zen o no Zen
¿Qué podemos esperar de la meditación?
Hay muchos mitos respecto a la meditación igual que los hay acerca de lo que supone ser una persona espiritual. Cuando comento a amigos que practico meditación muchos exclaman:
- ¡Es que yo no consigo poner la mente en blanco!
Hay un concepto equivocado en el que se piensa que meditando se crea la nada dentro de uno, que nos hacemos una lobotomía momentánea, pero esto no puede estar más lejos de la realidad. La meditación consiste en domar la mente para que ésta sea tu aliada. La mente es como un caballo desbocado corriendo por la pradera, nuestro propósito no es quedarnos sin caballo sino domesticarlo para que nos ayude.
El proceso pasa por observar precisamente nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, ser consciente de lo que hay dentro, pero dejarlos marchar, no engancharnos en ellos ni en la película que estos crean. Ahí es donde reside la dificultad, por ello, muchas técnicas pasan por enfocarse en algo sencillo como la respiración. De esta forma le das una tarea a la mente para que se centre y encuentre un punto de anclaje si los pensamientos acechan.
Otro concepto erróneo es pensar que como personas espirituales aprendemos a no tener necesidades. La necesidad hace referencia a algo crucial para ti, algo que es vital para tu vida y tu alma. Es esencial satisfacer nuestras necesidades porque si no lo hacemos de forma consciente las intentaremos alcanzar de forma subconsciente y ésto siempre causa dolor, a nosotros y a los de alrededor.
Por ejemplo, si tu necesidad básica es de conexión y las personas a tu alrededor no te la proporcionan, tal vez te vuelvas quejica o te pongas enferma o recurras a constantes discusiones. La realidad que se esconde bajo ésto es que estás manipulando inconscientemente a las personas para conseguir ese afecto, ya que no has satisfecho tu necesidad.
Es por ello vital que hagamos un trabajo previo de identificar qué cosas son esenciales para nosotros y que nos rodeemos de personas cuyas necesidades conecten con las nuestras para que así nos ayudemos mutuamente. Si mi necesidad es de amor y el de la persona a mi lado es de conexión, nos proporcionaremos armonía pero si esta persona tiene como necesidad algo que choca con lo que yo necesito el subconsciente tomará el control y se comenzará un juego enfermo de manipulación.
Hay que ponerse en una situación vulnerable para reconocer y compartir nuestras necesidades, para exponer aquello que es importante para nosotros y así irnos rodeando de las personas adecuadas.
No puedo esperar que todo el mundo satisfaga todas mis necesidades pero si que puedo ser clara, por ejemplo, acerca de qué necesito en una amistad y qué es vital para mí en una relación de pareja. De esta forma alimentaré mi alma a la vez que encuentro alegría nutriendo el corazón de la otra persona. Si se descubre en este proceso que tu pareja no puede satisfacer tu necesidad de amor o tu amiga no conecta con tu necesidad de confianza quizá sea más fácil dejar que éstos graviten fuera de tu órbita.
Es imposible no necesitar lo que necesitamos igual que es imposible poner la mente en blanco. La cuestión es ser honestos con nosotros mismos, comunicarnos y dejar que las personas entren o salgan de nuestra vida, igual que permitimos y aceptamos el movimiento de pensamientos en nuestra meditación.