El enfado
¿Qué se esconde tras el enfado?¿Cómo lo podemos gestionar?
El enfado es quizá unas de las respuestas peor vistas a nivel social, por ello son muchas las personas que evitan mostrarlo o que lo disfrazan. Al ser una corriente emocional tan fuerte tampoco nos paramos mucho a comprenderlo ya que genera cierto miedo. Pero...¿Qué se esconde realmente detrás de un enfado?
Adentrándonos en su esencia nos damos cuenta de que el enfado está muy relacionado con la imposibilidad de lograr que "algo" ( una situación, una relación...)funcione. ¿Y por qué nos importa tanto que eso funcione? Porque el hecho de que no funcione nos condena al dolor. Nos enfadamos porque sentimos que no hay remedio para nuestro problema. Al fin y al cabo si creyéramos que podemos cambiar la situación no nos enfadaríamos. Es precisamente esa falta de poder, esa falta de control la que dispara el enfado.
Es importante indagar en las situaciones en concreto que disparan el enfado para encontrar las causas reales de este y no quedarnos en la superficie. Por ejemplo, me puedo enfadar con mi madre porque me reordena habitualmente las cosas de mi casa, a pesar de que le pido que no lo haga. Puedo pensar que mi enfado es porque me ha cambiado las cosas de sitio pero si pongo la situación bajo la lupa observaría que lo que yo percibo que no tiene solución es la posibilidad de que mi madre me escuche. El enfado es el arma que utiliza nuestro organismo para rescatarnos de una situación donde nos sentiríamos demasiado vulnerables. En esa situación de ver la causa real por lo que es probablemente la tristeza aparezca, el dolor aparezca.....pero desde allí puedes divisar un panorama más real y preguntarte acerca de las opciones de viabilidad , acerca de qué estrategias pueden ayudarte y cuales no.
Cuando te enfrentas cuerpo a cuerpo con la amenaza real que siente tu organismo el enfado se disuelve. El enfado es un protector del dolor, si en vez de utilizarlo como escudo vas directamente hacia aquello que te causa daño y te sientas a su lado para entenderlo....el enfado deja de tener razón de ser.
Teniendo esto en cuenta, si estamos enfadadas es importante armarnos de valor para mirar de frente a nuestros monstruos, a aquello que se esconde bajo la superficie.¿Qué es aquello que realmente quieres de esta situación?¿Qué es aquello sobre lo que no tienes control? Pon tu foco en esa impotencia. ¿Es completamente cierto que no se pueda resolver de ninguna manera?¿Qué podrías hacer para que este problema que parece inviable pueda funcionar?
Hay situaciones donde la solución es realmente inviable, por ejemplo un fallecimiento o una ruptura, entonces nos podemos preguntar ¿Si aceptara la inviabilidad de esta situación en vez de pensar en el dolor que me causa qué es lo que haría diferente? Probablemente las respuestas a estas preguntas me lleven hacia un camino donde me pueda empoderar en lugar de sentirme sin control. El hecho de empoderarse y armarse de una serena seguridad llega al enfrentarnos a nuestra falta de control de forma directa. Y es precisamente esto lo que nos ayudará a buscar de forma consciente estrategias útiles para lidiar con la circunstancia que se nos presenta.
