El Vacío
¿Qué hacer cuando sentimos el vacío interno? ¿De dónde nace y cómo podemos responder ante la sensación que causa?
El vacío interno es una de las sensaciones más duras de sentir. Puede resultar tan doloroso que hacemos lo que sea para no verlo y para llenarlo rápidamente. El problema es que no se intenta llenar con aquello que de verdad se necesita sino con sustitutivos. Estos sustitutivos pueden ser de distinta índole, por ejemplo, el deporte excesivo, las drogas, el sexo, las compras etc... El vacio es como el hambre, lo conectamos con nuestra supervivencia, es un estado de necesidad, sentimos una horrorosa falta de “algo”. La solución pasa por sentarnos con el vacio y entender qué es ese "algo" exactamente.
Son muchas las experiencias traumáticas que nos han podido influir y fracturar internamente. Si en nuestro pasado hemos experimentado un trauma por una necesidad nuestra que no se logró, esa necesidad probablemente se quedo atascada dentro de nosotros y permanece ahí sin resolver. Probablemente tiene que ver con algún momento en el que no nos sentimos vistos, escuchados, valorados o comprendidos. Esta sensación creó una herida muy dolorosa.
Para sanar conviene sentarse a meditar en silencio y desde ahí preguntarse: ¿Qué es exactamente lo que falta? ¿Se trata de conexión? ¿De pertenecer? ¿De tener un propósito? ¿De sentirte valorada? Muchas veces tras una ruptura puede surgir este vacío, si es el caso escucha aún con más atención: ¿Es realmente la añoranza de una persona en concreto o es un sentimiento más amplio como puede ser una falta de amor o la sensación de soledad? ¿Era tu relación realmente otro sustitutivo para tapar la verdadera causa de tu vacío?. Es importante que escuches tu respuesta ante esto, ya que muchas veces las relaciones son tapaderas para no ver el bullicio de ese vacío y si no resolvemos la causa real las circunstancias se volverán a repetir. Son muchas las personas que permanecen en relaciones tóxicas o añoran a parejas que realmente no les respetaban y las razones no tienen que ver con la otra persona sino con las carencias internas sin resolver. Es importante que medites al respecto y que seas brutalmente honesta con lo que encuentras. Permítete escuchar desde el silencio en vez de responder con lo que “crees” que ya sabes.
Después de interrogarte haz todo lo que puedas por buscar cómo manifestar lo que necesitas de verdad. Por ejemplo, si necesitas sentirte arraigada o pertenecer (a una comunidad, a una familia…) plantéate pasos para conseguirlo, si es una falta de amor hacia ti misma piensa maneras de desarrollar ese amor, si se trata de conexión reflexiona acerca de formas de conectar.
Tenemos que permitirnos navegar el vacío y descubrir qué hay realmente en él. Una vez que consigamos ver lo que hay sabemos hacia dónde dirigirnos, sabemos qué buscar exactamente y dejamos de estar como pollo sin cabeza. Desde esta posición podremos andar con confianza y honestidad. Este movimiento hacia lo que necesitamos avanza sin prisa, sin huidas, buscando desde la conciencia plena. Sólo conociendo bien a tu vacío puedes lanzarte a darle lo que verdaderamente necesita.
