top of page

El valor del tiempo

¿Cómo usar el tiempo adecuadamente?

 

Hubo una época de mi vida en la que trabajé en un lugar que me hacía sentirme cada mañana atrapada en en un bucle, los días eran muy repetitivos y no me llenaban. En el autobús al trabajo sólo podía pensar en cuántos días quedaban para el fin de semana o para las vacaciones. Recuerdo que en un descanso un compañero dijo " Estamos deseando que pasen los días, como si estuviésemos desechando nuestra vida". Ésto me hizo recapacitar acerca de lo más valioso que tenemos: el tiempo.

Me dí cuenta que valorar mi tiempo me lleva a varias rutas. Por un lado me incita a buscar un trabajo que haría aunque no me pagasen, un empleo que me nutra de alguna forma, en el que me sienta evolucionar. Parece que la sociedad nos arrastra a buscarlo con el único objetivo de que nos asegure el mañana, pero realmente no sabemos qué pasará en el futuro y de poco sirve tener mucho dinero si no hemos disfrutado de la vida. Tener un trabajo que me guste es vital para sentir que mis horas laborales me están aportando algo más allá de la remuneración y para que mis días no se conviertan en un simple tachar hojas en el calendario.

Si el tiempo es la mayor de las riquezas también es importante procurar que éste sea de calidad. Son muchas las veces en las que los miedos han manchado momentos que podría haber disfrutado de no estar agobiada. El miedo miente y paraliza, pone tu cabeza a correr por una rueda de hámster dando vueltas y vueltas a asuntos que no puedes resolver porque la gran mayoría no están en el presente.

Cuándo me llega un miedo creo importante analizar la situación y ver qué puedo hacer para resolverla. Si hay algo que está a mi alcance creo una lista de acciones para llevar a cabo. No obstante, si dicho asunto está fuera de mi círculo de control, zambullirme en la espiral de pensamientos que el miedo trae sólo va a restar calidad a mi vida. Además, casi todo lo que tememos son sólo monstruos que no existen realmente.

Buceando aún más profundo en el objetivo de conseguir tiempo de calidad llegamos a otra pauta: Dejar de quejarse. Cuando nos quejamos damos la responsabilidad de nuestra vida a otros a los que culpamos de lo que nos sucede y en cierta manera así nos deshacemos del trabajo de tener que arreglar la situación. Nos colocamos en la posición de víctimas. Sin embargo las cartas que tenemos son las que hay, y no por quejarnos se van a transformar mágicamente. Ahora sí, podemos elegir qué hacemos y cómo las jugamos o incluso modificar nuestra actitud hacia ellas.

Lo único que trae el quejarse es que nuestras vivencias se llenen de sufrimiento. Es cierto que muchas veces tenemos toda la razón para pensar que la situación que vivimos es injusta o para sentir que tenemos igual derecho que otras personas para ser amados, tener éxito y dinero, contar con amigos, ser valorados....o lo que sea que estemos añorando. No obstante la situación es la que es y luchar contra esa realidad nos va a hundir en el lodo.

Nuestro tiempo, su calidad y en qué o con quién lo invertimos es lo más valioso que poseemos y que podemos ofrecer. Tenemos que empezar a verlo como tal y fijarnos el objetivo diario de llenar cada segundo con felicidad. Dejar marchar las angustias, las ansiedades, los miedos y todo lo que resta calidad a nuestro tiempo y darnos la oportunidad de centrarnos por encima de todo en disfrutar.

Tags:

Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page