El Drama
Hay personas que sienten que el conflicto es parte habitual en sus vidas y que en cuanto se deshacen de uno llega otro. El drama les rodea bien sea en la forma de circunstancias o de personas que entran en su vida.
El drama guarda relación con la intensidad, con una manera particular de vivir las situaciones en la que el aspecto emocional se desborda. Una persona dramática se ve como alguien que exagera sus respuestas a los eventos o alguien adicto a los problemas.
No obstante probablemente estas personas no son conscientes de que están reaccionando con desproporción. Todos actuamos en base a la realidad que percibimos, el problema es que no hay una única realidad. Cada uno tenemos variaciones de la misma.
Un evento que puede resultar insignificante para unos, puede resonar de forma especial para otra persona bien por un trauma de pasado con un acontecimiento similar o porque le otorga un significado especial que conlleva un peso fuerte para ella.
La verdad es siempre subjetiva. Si vemos que alguien esta reaccionando con intensidad a algo que consideramos ordinario es porque el significado que le da es distinto al nuestro. No obstante su dolor es real. Si tenemos amigos, familiares o a una pareja así el camino es intentar entender su perspectiva de la realidad y no juzgarle por su visión.
El drama no sólo se encuentra en las reacciones hacia eventos del exterior sino también en la gente que no para de atraer dificultades a su vida. Si estamos en este grupo de gente tenemos que reflexionar al respecto en vez de quejarnos por la repetición de conflictos. Nos encontramos en un universo donde reina la ley de la atracción, con lo que si siempre hay problemas en nuestra vida es porque reflejan un problema interno no resuelto.
Nos debemos por tanto parar y preguntar qué guerra hay dentro de nosotros. Si no la resolvemos , aunque quitemos el problema externo con el que lidiamos, nos llegará muy pronto otro para reemplazarlo. Tenemos que ahondar en nuestro ser y tomar la determinación de conocernos a fondo para sanar cualquier nudo interno. Si lo hacemos, el resto vendrá solo.
Si reconocemos que llevamos de alguna forma el drama en nosotros es vital no avergonzarse por ello, ya que esto añade resistencia. Simplemente debemos aceptar lo que hay, lo que somos, amar esa parte nuestra y trabajar por llevar paz a nuestro interior.
