top of page

La espiral de negatividad

La mente está llena de mecanismos para lidiar con aquello que pueda ser un peligro para nosotros. Cuando siente que algo no va bien enchufa la estrategia de pelea o huida y se convierte en una cámara de seguridad que escanea cualquier entrada de eventos negativos. Realmente el cerebro nos quiere ayudar anticipando todos los posibles eventos negativos para poder sobrevivir, no obstante al final se convierte en una especie de agujero negro que se centra constantemente en lo negativo.

Si en esos momentos intentamos que deje su trabajo y sea positivo nos resultará básicamente imposible y continuará en su espiral de quedarse atrapado en todo lo negativo que le rodea.Según la ley de la atracción atraemos más de aquello en lo que nos enfocamos, con lo que es muy fácil ver que el panorama que se crea es nadar en un mar negro de negatividad. Salir de ahí no es fácil, pero tampoco imposible.

Para aprender cualquier actividad nueva necesitamos poner esfuerzo, fijarnos, repetir los movimientos hasta dominarlos. No obstante después de un tiempo esta actividad ya no requiere esfuerzo, la hemos interiorizado. A nuestro cerebro le encanta reconocer patrones, hacer conexiones neuronales respondiendo a esos patrones y dejar los mandos al subconsciente. Esto es parte del proceso de creación de hábitos.

De la misma manera que esto se aplica a cualquier actividad, como nadar o bailar, también responde a nuestros hábitos alimenticios y a los de pensamiento, entre ellos el ser o no negativo. Hay un código que se ha insertado en nuestra mente que hace que de manera automática respondamos de cierta forma.

Las personas con traumas han abierto un circuito neuronal al que saltan automáticamente en cuanto hay eventos problemáticos y por eso les cuesta tanto ser positivos. No es que lo hagan a propósito sino que su mente ha adoptado un mecanismo de supervivencia para ver todos los posibles problemas y planear cómo escapar. Obviamente la realidad es que esto aporta mucho sufrimiento a sus vidas. En cierta manera están atrapados tras las rejas que ellos mismos se han puesto para protegerse y aunque una parte de ellos quiere salir de ahí, hay otra que les mantiene anclados. La lucha interna es constante.

El estrés, gran enemigo moderno, no ayuda y también lanza a la persona a ese estado primitivo de intentar sobrevivir. La primera pauta, por tanto, es hacer todo lo posible por reducir el estrés en nuestra vida. Lo siguiente es prestar atención de forma diaria a nuestras reacciones y pensamientos diarios, la meditación es una gran aliada para esto. Con la meditación observamos lo que hay sin juzgarlo, con lo que somos más conscientes de lo que existe dentro de nosotros. Una vez que somos conscientes de lo que hay, podemos ver como cambiar las cosas.Tras la meditación son de gran ayuda las visualizaciones en las que sacamos lo negativo de nuestro organismo y lo reemplazamos por positivo, por luz.

El dolor sin propósito alguno es tortura, si no encontramos lo útil de la experiencia o el aprendizaje parecerá que el universo simplemente nos ha castigado; o lo que es peor que nosotros nos castigamos. Por ello examina qué puedes obtener de los eventos negativos que te rondan. ¿De qué te ha servido esa vivencia? Enumera todos los aspectos positivos que extraes de ello y todo aquello en lo que te puede ayudar el hecho de haber pasado por ello. ¿Qué puede suceder gracias a este acontecimiento?

Es bueno identificar las creencias que tenemos que nos causan ansiedad tales como creer que el mundo es peligroso, no sólo a nivel físico sino a nivel emocional, pensar que el universo está en contra de nosotros o que si pensamos en positivo nos harán daño por no ver la realidad como es, también podemos mirar en que áreas de nuestra vida no nos sentimos seguros, qué parte de nuestra vida nos causa inquietud ¿ Hay algo que impulse a que salten las chispas del circuito negativo en esta parte? ¿ Qué puedo hacer yo para evitar que esto ocurra?

En nuestro tiempo de meditación también podemos intentar ir al centro del problema, enfocarnos en encontrar esa parte de nosotros que se enfoca negativamente porque tiene pánico, porque no es sino una niña muerta de miedo que lo toma como mecanismo de protección. Conecta con esa parte que tiene terror a que le hieran por el mucho dolor que ya ha vivido, escucha donde se encierra en tu cuerpo, en qué zona. Preguntale ¿ Qué sería tan horrible de centrarme en lo positivo? Manda amor y protección a esta parte de tí.

Un ejercicio que podemos hacer diariamente para ir saliendo del circuito negativo es escribir diariamente un diario de gratitud. Esto nos ayudará a ir saliendo de la tendencia de sólo ver lo negativo. No tienen porque ser cosas grandes, quizá dar gracias por un desayuno rico, o una llamada de teléfono, o una canción que has escuchado.....Haciendo esto nuestra atención comenzará a enfocarse en aquellos pequeños detalles que si que nos gustan de nuestra vida. También ayuda hacer una lista de qué cosas te hacen sentir segura. Esto,de nuevo, puede ser algo muy sencillo como darse un baño relajante, poner velas y música que nos guste, ir a dar un paseo por la naturaleza, ver una película, tomar nuestra comida favorita...etc...Regularmente podemos mirar la lista y asegurarnos que hacemos algo de lo que hemos escrito.

El pensamiento positivo nunca se tiene que imponer ni que auto-imponer para evitar lo negativo, pero podemos encontrar las vías hacia él para curarnos y liberarnos de ese carcelero personal que con intención de protegernos no nos deja disfrutar de las maravillas que están ahí fuera.

Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page