top of page

Ser mi mejor amiga

¿Por qué somos mejores amigos de los demás que de nosotros?

 

Convertirnos en nuestros mejores amigos suena extraño ya que habitualmente nos imaginamos a un amigo como alguien externo, no como alguien dentro de nosotros. No obstante hay una diferencia abismal en cómo tratamos a nuestros amigos, la empatía y comprensión que podemos mostrar con ellos y la que mostramos con nosotros mismos.

En la amistad sabemos perfectamente cómo sacar estrategias de sabiduría para poder consolar al otro, estrategias que sin embargo nos negamos a usar con nosotros mismos. Si un amigo tiene un problema lo último que haremos será decirle que es un fracaso...entonces ¿Por qué lo hacemos con nosotros mismos? ¿Por qué sacamos el látigo y nos torturamos por errores cometidos, por fracasos vitales o por qué las cosas no salen cómo queremos pese a nuestros esfuerzos?

Un amigo te quiere por cómo eres, cualquier sugerencia de cambio parte de una base de aceptarte. Si te hace tal propuesta de cambio no es una amenaza de abandono, sino que el amigo une fuerzas con nosotros para hacernos ver cómo sobrellevar una situación, cómo adaptarnos a las circunstancias o cómo sobrellevar eventos. No obstante muchas veces los cambios que nos auto imponemos a nosotros mismos son muy duros, los aplicamos con rigidez y sin valorar nuestros esfuerzos y trabajo.

Un amigo tiene muy claro nuestra valía, no se le olvida lo que somos. Quizá tengamos que convertirnos nosotros también en personas que sepamos ver nuestros logros, lo que sí tenemos, lo que sí somos, los aspectos positivos de nuestra personalidad y de nuestra vida más allá de las circunstancias vitales que estemos atravesando. Son muchas las ocasiones en las que nos cuesta ver esa valía: Por ejemplo tras un despido, una separación, o no conseguir lo que uno quiere...Pero esa valía sigue ahí a pesar de la tormenta. Nosotros tenemos unas gafas negras que no nos dejan ver y nos inducen a tratarnos con dureza, pero cualquier amigo continúa viendo nuestra valía aún con todo. No cae en la trampa, conoce nuestros valores y si fracasamos muestra compasión ante nuestro error.

De pequeños vamos desarrollando nuestros mecanismos de supervivencia para sobrevivir al entorno que nos vamos encontrando, a las imperfecciones de nuestros padres y a los obstáculos que nos llegan . Así poco a poco se generan hábitos mentales que nos juegan malas pasadas en nuestra vida como adultos. A pesar de ello, no nos podemos culpar, porque no escogimos estos hábitos a propósito, fueron nuestra manera de lidiar con amenazas vitales de distinta índole. No podemos por ello hacer otra cosa que mandar amor a esos hábitos y aprender a quererlos y a reconocer cómo surgieron.

En la vida nos movemos como con una linterna en la oscuridad. No sabemos a dónde nos conducirá el camino de un cambio de ciudad, o el de un trabajo nuevo, o la perspectiva de una relación incipiente. Vamos eligiendo a pesar de no tener toda la información con nosotros. Los amigos reconocen que el fracaso no es un elemento extraño, todo el mundo fracasa a pesar de que no lo sepamos, o de que en las redes sociales se venda lo contrario.

Dentro de nosotros tenemos todas las habilidades necesarias para ofrecer amistad verdadera, simplemente quizá no hemos dirigido esas cualidades en la dirección de la persona que más lo necesita: Nosotros mismos.

Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page